Acerca de

Aburrida de asistir a consultas demasiado rápidas y con poco espacio para hablar sobre mis dudas, llegué a atenderme con la  Magda, lugar donde encontré un espacio diferente, sin juicios, con un trato horizontal y un perfecto clima de confianza, que me hizo sentir segura.
Durante el embarazo tuvimos una atención acogedora y tranquilizadora frente a todas nuestras dudas de padres primerizos, dedicando tiempo de calidad en cada control. Es así, como en una consulta ella logró identificar un problema renal en nuestra hija, lo que nos permitió tener información oportuna y orientarnos en relación a esta condición, por lo que estaremos eternamente agradecidos como familia.
En el tercer trimestre,construimos el plan de parto, que fue una herramienta clave para reconocer qué queríamos hacer en aquel importante día. Llegado el momento, se mantuvo un clima de confianza, calma y respeto. Pudimos  relajarnos usando aceites, tener libertad de movimiento, usar el balón terapéutico y escuchar la música que elegimos previamente. Recibí aliento, cariño y contención para continuar ese agotador, pero precioso camino llamado trabajo de parto.Finalmente, tuvimos que terminar en una cesárea de urgencia, manteniendo en todo momento el trato respetuoso y ambiente acogedor. La forma cómo nacemos, sí importa, y en esta oportunidad, fue todo maravilloso para recibir a nuestra hija.
Si tuviéramos algo que sugerir como mejora, sólo podríamos añadir que la conformación del equipo profesional sea más estable (matrona, kine, etc.), para poder mantener mayor comunicación y trabajar inquietudes a través de talleres, consejerías u otros espacios.